Las investigaciones muestran que la inversión en el deporte en los países en desarrollo es mucho menor que en los países desarrollados, ya que el desarrollo del deporte no suele ser una prioridad principal en el presupuesto nacional o en el sistema educativo de la mayoría de los países en desarrollo.

Los estudios muestran que está surgiendo un "círculo vicioso" como resultado del subdesarrollo del deporte en los países en desarrollo, en el que una menor inversión en el deporte reduce el potencial de los atletas para desarrollar su talento.

También significa que hay menos perspectivas para que los atletas continúen su entrenamiento deportivo o sigan una carrera deportiva profesional en un país en desarrollo. A su vez, la falta de oportunidades de creación de talento en un país en desarrollo conduce a un menor rendimiento de la poca inversión realizada en el talento local, lo que debilita aún más las estructuras de desarrollo del deporte local y las trayectorias profesionales deportivas.

Los países menos desarrollados son incapaces de utilizar el talento de sus mejores jugadores y/o tienden a perderlos ante naciones más poderosas en el deporte mundial. El deporte regulado por procesos globales puede contribuir así al subdesarrollo del talento de un país en desarrollo.

El fenómeno del 'drenaje muscular'

La 'fuga de músculos' se ha considerado comparable a la 'fuga de cerebros': los atletas de los países en desarrollo suministran talento a los mercados de los países industrializados. Por ejemplo, en el fútbol, las altas tasas de transferencia que los jugadores europeos pueden exigir a los clubes han creado una alternativa mucho más barata: importar jugadores de países en desarrollo.

En los países en desarrollo, los jugadores están inscritos en clubes oficiales vinculados a la asociación nacional de fútbol o juegan para asociaciones deportivas no afiliadas. Para los jugadores no afiliados, su única posibilidad de obtener un acuerdo de transferencia internacional es a través de las redes informales y, a menudo, clandestinas de agentes de jugadores, que forman un mercado laboral clandestino en el fútbol.

Es posible que la situación del jugador no mejore al llegar a un país europeo; en el peor de los casos, aquellos jugadores menores de dieciocho años que no logran ser reclutados en un equipo europeo, a menudo se encuentran sin contrato de trabajo o incluso sin boleto de regreso a su país de origen.

Las asociaciones de fútbol no reciben pago por la transferencia internacional de jugadores no afiliados. Las tasas de transferencia de jugadores extranjeros de países en desarrollo a clubes europeos son tan bajas que apenas cubren los costos de educación y formación del jugador transferido en su país de origen.

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