Esta subsección proporciona pautas generales, basadas en experiencias de varias intervenciones, sobre la promoción de la equidad de género a través del deporte.

Reclamando espacio

La provisión de espacios designados para actividades deportivas de mujeres y niñas puede tener beneficios prácticos pero también un carácter simbólico, especialmente si estas áreas son públicas. En general, el acceso a las áreas comunitarias se otorga principalmente a hombres y niños.

En algunos casos, si las mujeres y las niñas frecuentan estos espacios comunitarios, generalmente se les permite hacerlo bajo condiciones específicas (por ejemplo, mientras están acompañadas por un miembro masculino de la familia). La experiencia muestra que cuando las mujeres y las niñas reclaman el espacio público, la comunidad puede acostumbrarse lentamente a ver a las mujeres y las niñas compartiendo el espacio público con los hombres y los niños.

El Course Féminine, que se celebra cada año en las calles de Casablanca, Marruecos, es un ejemplo de cómo mujeres y niñas reclaman el espacio público para participar en el deporte. Solo mujeres y niñas pueden participar en la carrera que pasa por la ciudad de Casablanca.

Acceso a recursos, estructuras y liderazgo

Además de la infraestructura, se ha demostrado que los programas deportivos para mujeres y niñas también requieren una estructura organizativa. Es probable que los programas deportivos que aseguren la participación activa de mujeres y niñas en los consejos directivos en puestos de liderazgo, equidad, medios financieros, participación en la toma de decisiones y planificación estratégica tengan más éxito a la hora de producir un cambio duradero en la autopercepción y la confianza en sí mismas de las participantes femeninas en dichos programas.

Elección de deporte

Los programas deportivos exitosos para mujeres y niñas han demostrado haber prestado especial atención a las categorías de deportes, tales como: deporte versus juegos; deportes de contacto vs. de bajo contacto vs. sin contacto; actividades deportivas mixtas vs. de un solo sexo; deportes de equipo vs. dobles vs. individuales; etc.

Una cuidadosa consideración de estos aspectos puede ayudar a establecer la participación deportiva femenina y su integración en la vida cotidiana. La investigación realizada sobre las percepciones del deporte en, por ejemplo, los EE. UU. ha demostrado que el baloncesto se considera un deporte 'duro', mientras que una investigación similar en Senegal muestra que el baloncesto se considera un deporte 'femenino', lo que indica que se requiere comprender la percepción de la comunidad sobre los diferentes deportes.

Juegos tradicionales y competición.

Los juegos tradicionales han demostrado ser útiles para promover la equidad de género, un enfoque que no se centra demasiado en el deporte convencional. Esto puede ayudar a evitar problemas potenciales con la promoción de deportes competitivos. Pero algunos juegos y actividades indígenas se derivan, por ejemplo, de prácticas de caza o guerra dominadas por hombres y, por lo tanto, pueden ser contraproducentes para alcanzar los objetivos de equidad de género, reforzando las estructuras patriarcales y las normas de género existentes.

Como tal, la experiencia muestra que modificar los juegos existentes, cambiar ciertas reglas y enfocarse en la participación y la diversión en lugar de la competencia y el desempeño, es más efectivo para lograr un enfoque inclusivo para promover la equidad de género.

Consideraciones didácticas

En muchos casos, las actividades deportivas han demostrado actuar como una plataforma ideal para abordar los roles de género entre niños y adultos. Esto se debe en gran medida a las formas en que se enseñan las actividades deportivas. Por ejemplo, una experiencia de aprendizaje significativa puede derivarse de presenciar a una mujer árbitro en un torneo deportivo o entrenar con una entrenadora.

Se ha demostrado que el papel de las mujeres en tales puestos transmite un mensaje implícito de que las mujeres poseen conocimientos y habilidades de liderazgo, y también son capaces y están familiarizadas con un campo dominado por hombres. La investigación sobre tales programas ha demostrado que los participantes masculinos y las partes interesadas tienden a experimentar un 'efecto revelador' cuando presencian y aprenden de mujeres expertas en el deporte.

Proporcionar incentivos

Los programas deportivos en los países en desarrollo suelen estar a cargo de entrenadores deportivos que trabajan de forma voluntaria. Pero los proyectos deportivos han demostrado que requieren de personal especializado y capacitado para alcanzar los resultados deseados.

Como tal, para lograr que las personas capaces se involucren activamente en el deporte de niñas y mujeres, la investigación muestra que se deben proporcionar incentivos adicionales (tales como: remuneración, habilidades transferibles, equipo, educación superior, exposición en los medios, oportunidades de viaje u otros recursos) para que el programa sea sostenible.

Enfoque holístico

Los programas deportivos que han demostrado ser más efectivos hasta ahora para promover la equidad de género son aquellos que están bien integrados en la comunidad y el contexto en el que se lleva a cabo el programa.

La experiencia ha demostrado que los programas implementados con la resistencia de la comunidad tienen menos probabilidades de continuar las actividades una vez que el programa llega a su fin. Los programas que han utilizado aportes, conocimientos y recursos disponibles de la comunidad tienden a ser más efectivos para mantener el impacto a largo plazo de la iniciativa.

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