Los vínculos entre la actividad física* y el bienestar físico están bien establecidos y son ampliamente conocidos, pero también se ha demostrado que la actividad física, incluido el deporte, contribuye de manera significativa a la salud mental y el bienestar psicosocial.
Las personas que viven en situaciones de desplazamiento forzado corren un alto riesgo de sufrir mala salud mental. Las personas desplazadas pueden estar expuestas a acontecimientos estresantes y traumáticos antes de su salida, durante el tránsito y después de su llegada a una nueva comunidad de acogida, y pueden tener dificultades para integrarse en un nuevo contexto social, como se describe en un informe de políticas de la Organización Mundial de la Salud de 2018.
El deporte y la actividad física pueden promover una salud mental positiva y reducir los síntomas asociados con la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia y el trastorno de estrés postraumático. El deporte también puede apoyar el desarrollo de habilidades socioemocionales, promover la conexión social, fortalecer las redes de apoyo y fomentar un sentido de pertenencia y comunidad. Para las poblaciones afectadas por crisis y desplazamientos, el deporte puede proporcionar un espacio positivo y seguro para liberar tensiones , promover la curación y desarrollar la resiliencia.
A pesar de la base empírica, el deporte sigue siendo una estrategia infrautilizada para proteger y promover los resultados de salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) entre las poblaciones desplazadas. En contextos de desplazamiento, sigue habiendo una falta de oportunidades para que los profesionales del deporte y de SMAPS se reúnan como parte de un enfoque holístico para apoyar las necesidades de las poblaciones desplazadas.
Para maximizar su contribución positiva, es crucial implementar intervenciones deportivas y de actividad física de manera segura y teniendo en cuenta el trauma. Las experiencias de desplazamiento pueden tener consecuencias a largo plazo en la salud mental, el aprendizaje, el afrontamiento y las relaciones, particularmente entre los jóvenes. No considerar estas experiencias puede conducir a resultados negativos. Por lo tanto, es esencial garantizar que las iniciativas deportivas y de actividad física sean sensibles a estos factores y se adapten a las necesidades, deseos y esperanzas específicos de las personas desplazadas.
*La actividad física se refiere a cualquier movimiento corporal e incluye el deporte y el ejercicio.
Imagen del banner superior de arindambanerjee (istockphoto.com) que muestra a hombres jóvenes jugando al fútbol en Puerto Príncipe, Haití.