Fortaleciendo el deporte para el desarrollo y la paz en el Medio Oriente y el Norte de África

Todos tenemos realidades diferentes que forman perspectivas diferentes. Sin embargo, el deporte permite comprometerse con un único propósito, con el aspecto conectivo como fuerza vinculante, creando así una perspectiva única independientemente de cualquier factor inherente o externo. Al practicar un deporte con otros, todos nos centramos en un propósito común y olvidamos nuestras diferencias, prejuicios y puntos de vista individualistas para involucrarnos en algo mucho más grande. Por lo tanto, el deporte nos une más de lo que nos divide. La conectividad que genera el deporte permite este propósito común.
Los desafíos en el Medio Oriente y el Norte de África son multifacéticos, al igual que en otras partes del mundo. Es bastante difícil abordarlos de manera aislada. Pero a través del deporte, es posible inculcar aspectos de equidad, inclusión y objetivos sostenibles. Al participar en actividades deportivas, este breve respiro puede tener un impacto para toda la vida. ¿Recuerdas la actividad deportiva durante tu infancia? Ahora sé el ingrediente y deja que el deporte sea el catalizador del desarrollo social, ambiental y económico en Oriente Medio y el Norte de África.
El Medio Oriente es políticamente inestable y el mismo enfoque que se adopta en otras partes del mundo en lo que respecta al deporte puede resultar contraproducente. Por ello, las actividades deportivas deben ofrecer más herramientas para adaptarse a este mundo complicado, de modo que, a través del deporte, cada persona pueda afrontar situaciones difíciles. Por tanto, el deporte debe ofrecer la oportunidad de abordar cuestiones generando avances. Cuantas más actividades deportivas haya en el Medio Oriente y el norte de África, más esperanzas traerán para el futuro.
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