Involucrar a entrenadores, niños y padres en el desarrollo de políticas y procedimientos de protección producirá dos beneficios principales.

En primer lugar, estos grupos se darán cuenta de la importancia del problema y difundirán el mensaje de mantener a los niños seguros en toda la comunidad.

En segundo lugar, estos grupos se sentirán dueños de los procesos y procedimientos que ahora están cumpliendo, porque fueron parte inherente de su desarrollo.